El té es para mi casi como un ritual, muy pocas veces uso el microondas para calentar la leche o el agua.
Hacer té en realidad es un ritual de paciencia y relajación. ¿Por qué? Cogemos un cazo o la tetera y lo llenamos de agua o leche (según gustos) y lo ponemos a fuego lento a hervir. Mientras tanto cogemos una taza e introducimos la bolsa de té o el infusor de té para posteriormente añadir el líquido poco a poco. Esto nos lleva unos minutos, y en este tiempo podemos relajarnos e intentar dejar la mente en blanco. Además, me resulta que sabe mejor.
Al té nunca le añado azúcar, y es que no se debería, ya que altera su sabor original. Me gusta mucho el té con leche, siempre y cuando hagan buena combinación, como por ejemplo el de canela o de ceilán. Sin embargo cuando se trata de tés con sabores más fuertes o afrutados, lo hago con agua.
El té se puede tomar solo, o se puede acompañar de algún dulce. En mi caso, me decanto por las pastas árabes tan deliciosas y exquisitas.
¿Y a tí? ¿Te gusta el té?
Before the dive 